El cubismo es un arte creado, es un nuevo
lenguaje y una nueva estética, un replanteamiento
integral de la pintura y las artes plásticas. Hasta el momento, ni los más radicales fovistas
se habían atrevido a romper con el lenguaje convencional y sensitivo que
representaba, en mayor o menor grado, la naturaleza, desde los tiempos griegos.
Pero el cubismo rompe con todo eso; es un arte mental no sólo en las formas
sino en la concepción de la obra. Para comprender un cuadro hay que pensarlo.
Hará un replanteamiento de
la obra de arte, de lo que son las formas, de la luz, la perspectiva, el
movimiento, el volumen, el espacio, el color, etc. Todo ello exige del
espectador un esfuerzo mental para reconstruir la figura, que no se observa a
simple vista. En el cubismo no
es el color, sino la línea la que crea la figura y compone el cuadro. Sus obras no son
producto de la casualidad sino de un proceso de creación meditado y consciente
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